lunes, 8 de abril de 2013

Comunismo / grapa / sincronicidad

La otra noche soñé que me afiliaba al partido comunista. Era a principios de los setenta, pero yo tenía ya más de cuarenta años. Después de contestar algunas preguntas más bien pueriles y de rellenar algunos impresos, logré hacerme acreedor del famoso carnet. Al cogerlo me pinché ligeramente un dedo con la grapa que sujetaba la fotografía. Una minúscula gota de sangre brotó de la yema del dedo. Observé con aprensión que la grapa estaba oxidada.

A la mañana siguiente, en el despacho, cogí de la estantería un libro cualquiera. Resultó ser una vieja antología de poemas de Vladimir Maiakovski, quien, como todo el mundo sabe, fue un famoso poeta futurista ruso, miembro del partido bolchevique y, finalmente, joven suicida. Lo abrí al azar y por supuesto -¡por supuesto!- esto fue lo que leí:

"El año 1906: Muerte de mi padre. Se había cortado un dedo (grapando papeles). Septicemia."