domingo, 1 de enero de 2012

Nochevieja

Hay testigos que no me dejarán mentir: seis copas de anís Bravío, seis, una detrás de otra, me tomé para festejar el año nuevo. Y ni resaca tengo. A las cinco y media me fui a la cama y me tomé un valium. He oído decir cosas terribles acerca de la combinación de alcohol y valium, pero la verdad es que no sucedió nada -o no recuerdo que sucediera nada. Un cretino tocaba los timbales en el piso de al lado, eso lo recuerdo bien, venga darle a los timbales el muy cabrón. Estuve oyendo timbales hasta que me dormí, ¡la pura jungla! Y en fin, nada más que reseñar. Les dejo, que quiero ver el final de El bueno, el feo y el malo. ¡Qué peliculón, señores!
Feliz año nuevo (lo digo sin sarcasmo).